La ruptura de la expectativa
- crianzavalientecol
- 13 ago
- 1 Min. de lectura

Antes de ser mamá, imaginaba escenas perfectas: tardes tranquilas leyendo cuentos, desayunos sin apuro, hijos siempre sonrientes. Pero la realidad es… distinta. Y está bien.
La maternidad real está llena de desorden, imprevistos y momentos en los que nos sentimos desbordadas. Esa distancia entre lo que imaginamos y lo que vivimos puede generar frustración, culpa o tristeza. Pero reconocerlo es liberador: nos permite soltar la perfección y abrazar lo auténtico.Cuando dejamos de compararnos con la idea de “la mamá ideal”, empezamos a disfrutar lo que sí tenemos: carcajadas improvisadas, conversaciones insólitas, abrazos que curan cualquier día difícil.
La expectativa es un guion; la maternidad real es una historia viva. Y créeme, aunque no siempre siga el libreto, es mucho más rica e inesperada.Reflexiona: ¿Qué momento imperfecto de esta semana te sacó una sonrisa genuina?
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